La serenidad en la sociedad
La madurez emocional en una persona, cualquiera que sea su edad o género, le permite mantenerse serena para poder adaptarse sanamente al medio ambiente y a los demás, de ésta forma desarrolla una mejor capacidad de tolerancia que la convierte en una persona madura y responsable, comprometida con las normas y reglamentos que hacen funcionar a nuestra sociedad. Un ciudadano que vive en armonía, es saludable y productivo.
​
Los principales problemas que la sociedad en su conjunto no ha podido resolver actualmente, tienen su origen en la casi nula capacidad de tolerancia en las personas.
​
La gente que es afectada por cualquier situación y no posee la suficiente serenidad para comprender las causas del problema y reflexionar la solución correcta, generalmente reacciona con actitudes negativas que la harán tomar decisiones impulsivas para intentar resolver, ya que se siente agobiada.
​
Por ejemplo, una persona que pierde su empleo y se enfrenta a la realidad de sostener a su familia, antes de esforzarse para mantenerse sereno, se sentirá sumamente presionado para cumplir con sus responsabilidades. La actitud que tome, dependerá de su educación y de las experiencias que haya acumulado durante su vida. Reaccionando con actitudes positivas terminará buscando un nuevo y mejor trabajo o en el peor de los casos, reaccionando con actitudes negativas, delinquirá para poder conseguir algo de dinero o abandonará a su familia para mendigar.
En todo el mundo se desconoce la verdadera función natural de la serenidad, aún cuando debe considerarse el estado normal de cualquier ser humano, ya que esto apenas lo descubrió Ariel Cuadros durante la creación de los procesos de Conciencioterapia©. Por ignorancia y descuido nos hemos creído que la serenidad se trata del resultado de satisfacer nuestras necesidades basadas en deseos racionales e irracionales, y nada más falso que esto. De hecho, con sólo pensar de esta manera, lo único que conseguimos es perder de inmediato la tranquilidad. También siempre se ha creído que se trata de una virtud, incluso de un don que poseen algunas personas, ideas demasiado equivocadas y falsas.
​
Cuando en sociedad no logramos mantenernos serenos, a la más mínima incomprensión o provocación, venimos reaccionando con actitudes negativas y lejos de intentar resolver correctamente la situación, siempre nos hemos inclinado a conducirnos erróneamente, a la defensiva, creyendo que algo nos está violentando y haciendo que nos sintamos mal.
​
En una sociedad con personas serenas, todos ellos se mantienen sanos, vigorosos y sobre todo productivos, ya que son concientes de su relación y vital participación. Cuando por cualquier razón, incluso las más inconvenientes y riesgosas, una persona serena siempre se inclinará a formar parte de la solución y no del problema.
​
En la Corporación Proyecto Vida hemos formado cientos de ciudadanos maduros, comprometidos con sus familias, con sus amigos, con sus empleos, con sus empresas, personas serenas que son supremamente útiles a la sociedad. Lo más importante de todo esto, es que una sociedad formada por personas realmente serenas, no existe de ninguna manera la terrible y desastrosa intolerancia social.